miércoles, 28 de diciembre de 2016

Este year

He abierto y cerrado Facebook numerosas veces. He publicado en Twitter, en Instagram... he enviado y recibido una tonelada de correos electrónicos. He visto fotos de personas desconocidas y conocidas y les he dado dos golpecitos con el pulgar para indicar que me gustan o las he reenviado por su genialidad.

I've spoken in three languages. Four if you count Chilean as one. I've made several grammatical mistakes, and still got through. I've cried alone and accompanied. I've given hugs and asked for others.

Solo tengo 27 años, pero de pronto mi alma se siente vieja... milenaria. Como si arrastrara el peso del mundo en cada hombro.

Estoy cansada. Soy una trotamundos al peo. No tengo suficientes timbres en mi pasaporte como para llamarme así, pero tengo más que el ciudadano promedio y eso, de pronto, me ha hecho alguien especial.

I started talking about social media and Internet sites because this blog, this little piece of the Internet, has been my journal ever since I started college.
It contains within all of the above. And regardless of the fact that I've always kept a journal, I find myself on and off coming back to this basic blank page, that I am unsure if anyone other than a distracted eye reads.

Contiene promesas de amor, quejas sobre mi menstruación, subidones y bajones anímicos, complejidad hormonal, corazones destrozados, sueños, poemas (muy malos, como todo lo demás... esto no aspira a ser un artículo del New Yorker), promesas de amor, recordatorios de cumpleaños, de mesiversarios, de viajes, ficción y realidad.
Este blog contiene mi evolución -o un bosquejo bastante accurate, one could say- de mi misma en los últimos diez años de mi vida.

Y hoy, desde el colchón de mi cuarto en Coronado, Costa Rica, pienso en lo mucho que he cambiado y en la constante que se mantiene siempre: el cerebro bullendo con ideas, el incesante ir y venir de los dedos sobre el teclado o con el lápiz en la mano. Escribir, sin importar lo que pase o dónde esté. Escribir a pesar de la sequía, escribir a pesar de la agonía, escribir sin pensar en lo que piense el otro sobre la rima pésima que acaba de salir sin querer queriendo.

Me doy cuenta, entonces, de que el único espacio donde me siento completamente segura y protegida es en la escritura. Aquí no me pueden tocar. Sus comentarios no llegan a este rincón empolvado de la web: incluso, a pesar de que la zona de comentarios está abierta, a muchos de ustedes les da paja dejar uno (no los culpo, yo ya ni leo otros blogs).

I suppose I will never "figure it all out". I suppose I will go through life like ink on a piece of paper. Running through, never ending, always flowing, always up and down and twirling around in a tiny G or a complex W. I guess it's time for me to see what ten years of written evidence show: I am who I am and there is nothing/everything I can do about it. It's just the way it is.

There is no point on making a summary about 2016. It's ridiculous. Too much has happened and I am still figuring out the license plate of the enormous truck of life that hit me. For the first time in a really, really long time, I am speechless. Also, I've been called heartless. A bitch. An excellent instructor and a waste of time. A smart girl. A brave girl. Latina. Brown. Tiny. Fat. Skinny. Boring. A boy. Crazy. Crazy. Always crazy.

Este year, yo no lo entiendo. Pero después de haber rebotado de pedazo de continente en pedazo de continente, creo que no soy la única. Y en el caos habrá compañía y en esa compañía soledad. Este post pasará a los gráficos como uno más. Nunca pido que me entiendan.

Es imposible, este year está crazy. Igual que los 10 años de este blog.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Día 1

Bitácora del Capitán:

Ubicación: Hammond, Indiana, casa de los papás de Jonathan, mesa del living con cubierta de plástico y temática navideña

Estado: pies fríos. No me he duchado en más de 24 horas. Mañana lo haré.

Actividad: comer y estar sentada viendo parches en Amazon. Lectura de Scott Pilgrim. Ver Netflix. Reírnos del hermanito de Jonathan.

Status de viaje: vuelo perdido que en realidad no se canceló pero sí se atrasó y podría lograr perfectamente que perdiera mi vuelo en Fort Lauderdale.

Miocardio: ausente. Thank god for WiFi and Jabber. Not good enough though 'cause I think I am addicted to Debbie. The travel will help with the attachment issues. Or not, because maybe they are not real attachment issues but just remembering what is like to really like a girl so much that you want to hang out with her as much as possible because we don't even live in the same town and why do I even have to give explanations like, who are you, my mom?

Internet: considerando seriamente hacer una de esas escrituras de fin de año en el Facebook. Pero tengo tanto que decir que de pronto es estúpido. Me acuerdo cuando hice el video de 10 minutos y los que lo vieron se quejaron. Además ahora tengo la duda de si lo hago en inglés o en español porque en los dos es mucha pega y me da paja. Chequear estatus más tarde.

Universidad: ¿qué cosa?

Horóscopo: blah blah blah, cosas predecibles y random y estereotipado.

Meta: llegar donde mami, jugar con los perros, tirarme en el pasto, que me coman viva los insectos, fumarme un pucho, hacer yoga, tomar café con Ani, escuchar un chiste fome del tata, sacar fotos como loca. Descansar, resetear y volver.



martes, 22 de noviembre de 2016

Can't stop

Si una niña de 10 años es capaz de decirle a otra que ella no es nadie para definirla. ¿Hasta cuándo dejo yo de hacer mi retrato con trazos ajenos?

Yo estoy hecha de barro y vidrio. De alambre y masa. De arena, sal y del agua que se empoza después de la lluvia. Estoy hecha de aserrín y de lenguas de gato.

Me voy a poner en modo tortuga luego. Ya puedo sentirlo.

Se viene la desconexión total. Y me voy a evaporar en un código binario, como el humo que exhalo cuando me escapo para fumar un cigarrillo.

El frío me solidificará la sangre pero me licúa el seso. No hay gorro que contenga todo el pajeo mental que tengo acumulado. Es grotesca la hinchazón.

Y no viajaría y me recluiría en mi madriguera hasta que aparezca mi yo de verdad. Y entonces me sentaría conmigo misma en la mesa, con una cerveza en la mano, para preguntarme qué es lo que quiero de verdad, carajo.

¿Te acuerdas cuando nos preguntábamos las cosas, como si no hubiese consecuencias en el mundo?

No tengo idea.
Me vuelvo a deshilvanar.
Es el tiempo de hacer la tarea emocional, además de la práctica. Pero no quiero, la montaña de mugre escondida debajo de la alfombra se ha puesto muy grande.

No puedo parar.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Rápida lentitud

El tiempo es subjetivo.

Recuerdo vivir en Santiago y sentir que los meses se me hacían eternos, sumida en lo que entonces no sabía era algo muy similar a una depresión: del trabajo a la casa, de la casa al parque, del parque al sillón, del sillón a la cama, de la cama al trabajo. Levántese y repita.

No me malinterpreten, un poquito de rutina no le hace mal a nadie. Ahora mismo estoy agradeciendo la paz invernal que se cuela por las esquinas de mi departamento alfombrado. Pero el otro día me sorprendí a mi misma, mientras mi trasero estaba posado sobre el sillón azul de la consulta y Evan Good (sí, tengo un psicólogo cuyo apellido es Bueno, literalmente) me miraba del otro lado, diciendo:

- Supongo que con Janina no funcionó porque ella ya le escribió el final a la historia. No llevábamos juntas ni un año y ella ya me había echado el lazo encima, diciendo que quería casarse conmigo cuando yo saliera del doctorado. Eso significa entonces que tenía que conseguir trabajo en Alemania sí o sí y no se... no es que me molestara esa idea, sino la noción de que ya todo estaba arreglado. No había sorpresas.

Y ahora llegó Debbie.

Debbie salió de Tinder. Debbie y yo nos hemos escrito todos los días hace un mes y 3 días, para ser exactos. No se por qué me gusta tanto. Objetivamente hablando, sus atractivos tienen un balance perfecto entre lo físico y lo intelectual que hicieron que, por primera vez en muchos años, nuestra primera interacción (if you know what I mean) fuese sin una gota de alcohol por medio. Esto significa que no hay remordimiento de borracha a la mañana siguiente, que la confianza que me inspira y esa familiaridad mezclada con extrañeza me resulta realmente fascinante.

Hasta ahora, he sido brutalmente honesta con ella en la manera en la que lidio con mis sentimientos hacia ella y con el mundo. Para mi sorpresa, descubrí gratamente que muchas veces pensamos de la misma manera. También ayuda que sepa hablar español, así que hacemos mucho spanglish, y se sabe que a mí me toma el code switching.

Lo que más me molesta de Debbie es lo poco que me molesta. Lo que me encanta es que vive a una hora y estamos obligadas por la geografía a mantener la calma, la distancia, el tiempo y la separación saludable.

Evitar el drama lésbico, los chistes de U-Haul, aunque ya tenga acá ropa interior, libros y un cepillo de dientes.

Dios mío: ya tiene acá libros, ropa interior y un cepillo de dientes.

Oh lord... I am so screwed

miércoles, 12 de octubre de 2016

Ajjjjjjjjj

¿Por qué?

¿Por qué ahora? ¿Por qué?

¿Por qué no antes? ¿Por qué?

¿Por qué conmigo? ¿Por qué?

¿Por qué no entiende? ¿Por qué?

¿Por qué no me escucha? ¿Por qué?

¿Por qué mi vida se puso caótica de nuevo? ¿Por qué?

miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿Por qué cierras Facebook?

Cada vez que termino es la misma historia.

Yo cierro Facebook e, inmediatamente, las otras personas me preguntan que por qué no simplemente bloqueo a la susodicha en cuestión y hago desaparer su rostro del mapa.

Hay dos razones básicas:

- La primera es que soy pésima con la tecnología entonces yo se que, de una u otra forma, alguna foto de la susodicha por un amigo de terceros aparecerá en mi historial y ahí se me va a ir a la mierda la guata y me van a dar todos los turururus y volveré a caer en la depresión gótica. Ha pasado. Es real. No me lo discutan.

- La segunda es que me conozco el lado psycho-killer. Voy a meterme a su Facebook y si alguna otra maraca le da like a su foto y si salió con Fulano, Sultana o Menganito los voy a stalkear a ellos también y a sus amigos y a los amigos de sus amigos y así ad infinitum. Nuevamente: es real. Ha pasado. No es bonito ver cómo tu ex reconstruye su vida en menos de lo que canta un gallo.

Este blog es, de hecho, la única cosa que jamás he cerrado y que se ha mantenido constante y público a lo largo de la enorme hilera de maracas (sorry ladies, hoy no estoy de humor para andar con la reivindicación antisexista y el feminismo me lo voy a meter por la raja por un segundo) que me han destrozado el corazón.

¿Que yo tampoco huelo a rosas e igual he hecho mi parte de destrucción? Obviamente. Pero este no es un espacio para el perdón. Ahora esto es un campo de batalla entre todas las emociones que se me atropellan por segundo: el estrés de las clases, la cantidad de pega, el idioma nuevo, la pobreza material, los amigos nuevos que se forman de a poquito, la falta de sexo, la mala comida, la ausencia de la alemana, la ausencia de la alemana, la ausencia de la alemana... Alemana culiá...

La alemana no tiene idea de que este blog existe, por eso la puteo así (por eso y porque estoy enojada y porque se que tiene razón pero pa' qué aceptarlo todavía: tengo que pasar la fase de ira). Y si lo tuviese probablemente le daría una paja monumental traducir todo esto. Pueh mejor pa' mí. Tengo pseudo-privacidá en este ciberespacio lleno de telarañas, que yo misma mantengo con la negligencia más absoluta porque, enfrentémoslo, cuando estoy feliz o tranquila escribo bien re-poco.

En fin, que por eso no abro Facebook, porque tampoco me quieren ahí. Créanme. Soy una bola de odio, una estrella luminosa que explota y bota la mierda con manguera porque está chata de toda la situación, chata de sentirse triste, chata de haberse enganchado de una weá que es que era oooooobvio que iba a fallar por la rechuchadesumadre. Pero no, ahí iba yo, la hueona porfiá, porque Tauro pos.

Ya, si le doy color mala cueva. No lean esta hueá. Lo hago más que nada porque a veces pierdo los diarios (otra vez: es real, ha pasado, no me discuta) y porque puta, ya corten el hueveo pos. Si una no es de cristal pero tampoco es de fierro. ¿Hasta cuando me van a andar haciendo creer que sí me quieren si después me tiran al río cual bolsa de gatitos?

¿Sabíh que máh? No estoy pal hueveo de nadie. Ni pa' preguntas hueonas tampoco.
Cierro Facebook porque puedo, que pa' algo soy mía.

Yashao.

martes, 6 de septiembre de 2016

Las Dos Vi[d]as

Viajo en un triángulo. Como la pelota de una máquina de pinball, voy rebotando en las esquinas y me muevo de pedazo de continente en pedazo de continente.

Mastico palabras que no son las mías. Me atoro en consonantes que no me suenan a casa. Pero las escupo con una sonrisa, porque mentiría si dijese que no las amo también... que no son parte de mi.

Esta tierra ajena que se mete bajo mis uñas, va a ser mía luego luego, ya verán.
No vine a quedarme de brazos cruzados. No vine a colgarme el delantal de nana (al menos no el metafórico). No vine a llorar en las esquinas. No vine a rogar amor ni a pedir con pestañeos bonitos que me traten como la seda.

Ya me até los guantes de box con los dientes. Ya te estoy esperando en el ring, vida culiá. Ven y tírame todo encima y, como siempre, seguiré escuchándote decir strike three en el fondo.

Yo me muevo sobre las piedras del río, como el agüita que fluye y te hace sentir una sed de chapuzones con todo este calor del verano. Yo desaparezco entre la masa de inmigrantes que se baja del bus, entre la retahíla de mochilas que cruza el Cedar Rojo, nombre que tal vez significó en indio "Oye, está bien bueno esto para mojarse las patitas, ¿hagamos kayak?"

Supersízame esto pos, vida culiá. Quítame el nombre, que acá ya lo gorgojean distinto los pajaritos rubios. Quítame la plata, que ya estoy endeudada hasta el cogote. Quítame la salud, que ya se me rebalsan los rollos del pantalón. Quítame a la Alemana, que ya se empezó a trizar el espejo...
Hazme comer mierda y sabrá a gloria. Deja que se me rompa el cuerpo y entonces entrará más luz en él, y tal vez de esta costilla un brote sabrá crecer y volveré a salir de nuevo. ¿No has aprendido nada ya?

Mala yerba nunca muere. Y yo jamás moriré. Porque soy más mala, mucho más mala que tú.

jueves, 18 de agosto de 2016

What the fuck was I thinking?

Quisiera dejar de amarla por un par de meses. Odiarla incluso. ¿Por qué mierda me tuve que enamorar de un imposible?
¿Cómo mierda dejo de sentirme como el pico porque hay 7 horas de distancia entre ella y yo?

What the fuck was I thinking

miércoles, 13 de julio de 2016

In the back seat of the car. Again...

Anoche me fui a la chucha. Así, simple. Corta.

Según yo, no estaba reprimiendo nada. Según yo, tenía las cosas más o menos controladas. Según yo, todo iba a estar bien y las horas de los días no se me iban a hacer confusas...

Pero la realidad es otra. Y nuevamente me fui a la chucha por no saber hablar, por no saber pedir ayuda, porque me dio vergüenza decirle "oye, me siento como el pico, porfa abrázame".

En cambio, decidí convertirme en una weá que odio: una weona insegura que espera que la otra le lea el pensamiento.

Así es... decir que "pinté el mono" sería una weá mínima: te hice una Capilla Sixtina, una obra de arte, un monumento al aweonamiento, una estatua a la incomunicación y a la weá pasivo-agresiva. Casi me da un poco de pena porque la otra, claramente, no entendía qué chucha estaba pasando y yo tampoco sabía cómo chucha explicarlo.

Y de pronto la conversación pasó de "tú no me tratas como yo lo esperaba" a "mierda, tiene razón, ¿por qué si necesito algo no lo digo? ¿por qué si no me gusta algo no lo digo? ¿por qué tengo pánico a ser directa, a demandar, a conquistar este territorio que ya se ha proclamado mío?" Aj, no se cuál es mi problema. No es como que la hueona sea una completa extraña. O sea, sí, es cierto, ella tiene más soltura de pluma que yo cuando se trata de escribir nuestra relación, pero eso debería darme pie a mi para soltarme las trenzas.

Estoy en Alemania, por la mierda. Debería estar bailando bajo la lluvia, tomando solcito en el pasto, sacando fotos, tomando chela y visitando cada calle de esta ciudad. Pero no, heme aquí, escribiendo en un blog culiao fome porque ayer la cagué grande.

¿A qué chucha le tengo miedo? (ya he dicho chucha 6 veces con esta, no lo siento).
Sólo podía recordar cuando estaba con la Maca y me senté en la parte de atrás del auto, casi como para no molestar, porque mi autoestima estaba tan hecha concha que no me sentía merecedora de ningún título... casi como diciendo "oye, tírenme a esa esquina, empujen ese trozo de hielo y esta abuela esquimal se va a morir cagada de frío sin joderle la pita a nadie".

¿Por qué me da paja "molestar" a mis parejas, pero no tengo problemas para mandarle WhatsApps a mi ex?

¿Cuál es mi puto problema, por el amor de Alá?

Y pa' más recacha, obviamente me entró la pena por la Patria y los amigos y me hice una bola llorando y con el nudo en la garganta tuve que pedir un abrazo (que obviamente se me entregó) y cuando me preguntaba "what's wrong? what's wrong?" lo único que atiné fue a decirle:

- I think I am crying all that I didn't cry when I was in Chile.

Ahora sigo sin tener un plan. Solo se que no quiero volver atrás. No me interesa la actitud de víctima, de hueona pasiva, de mina-llavero (dícese de la loca buena onda que te acompaña a todas partes y cuelga de ti, como un lindo adorno)... No quiero volver a sentarme en el asiento de atrás, ni cagando. No quiero volver a sentirme así, impotente, torpe... A veces por evitar ser vulnerable dejo la zorra. Y entonces no solo soy vulnerable sino que, precisamente, desato lo que quería evitar y me convierto en un dolor de cabeza.

No me voy a hacer promesas de que esta weá no va a volver a pasar. Al menos ya se identificarlo más rápido... Solo se que tengo que dejar de andar con la cola entre las piernas. No me sirve a mi y no le sirve a ella y puta, pa' qué vine entonces, ¿no?

martes, 5 de julio de 2016

¿Qué vas a hacer hoy?

Nunca le había tomado el peso real a esta pregunta.

¿Cómo medimos el tiempo que tenemos adelante? ¿Cómo hacer que cada momento sea valioso? ¿Cómo combatir el peligro de desperdiciar la vida entre series de Netflix y corrientes de la conciencia? ¿Leer ahora o después?

Sigo en la sala de espera. Sin saber muy bien cómo lidiar con este paréntesis.

Estoy aquí para amarla, para aprender alemán, para trabajar y estudiar un poquito, para comenzar con mi curso de inglés, para recorrer la ciudad, para hacer nuevos amigos, para cocinar, ducharme y hacer ejercicio, para viajar a ver a Valentín, para ¿qué?

Soy una turista pero no lo soy... ¿saldrá más fácil si me comporto como una y me dedico a tomar fotografías de patitos flotando en el Rhein?

Cada día conozco a alguien nuevo. Y aún así siento que no conozco a nadie. No hay conexiones reales, es pura superficie. Tal vez eso es para mejor... los amigos "de adeveras" deberían hacerse con un poquito más de esfuerzo, ¿o?

Todo parece igual de relevante. Incluso mis pataletas que no son tales ¿O si lo son? ¿Estuve en lo correcto en decirle lo que le dije? ¿Por qué me preocupa tanto que piense que estoy loca? ¿Cómo mierda ordeno todo lo que tengo acá dentro?

Necesito hacer un mapa conceptual de mis sentimientos. En la cabeza iría la mía y de cada brazo una actividad, con su respectiva solución. ¡Hagamos un calendario que no pienso seguir! A veces poner todo en papel ayuda a visualizar, como si estuviese en la parte más alta de una escalera, mirando hacia abajo todos mis "problemas".

De vuelta al mapa. A dibujar, trazar, borronear. Despertarse y volver a repetir el ciclo.

No tengo puta idea de nada. Me está empezando a fastidiar...

miércoles, 22 de junio de 2016

Diario de una inmigrante

Ya estoy aquí.

No entiendo nada de lo que dice la gente. Por más que haya estudiado un par de palabras antes, siento que la imposibilidad de comunicarme es real y me exaspera no poder hablar. 

Venirme a Alemania es como estar en un retiro de silencio perpetuo. Nada que decir, nada que opinar más allá de "si", "no", "gracias", "una cerveza" y "estoy satisfecha". 

Es importante luchar contra el monstruo que habita dentro de uno mismo. Ese pollo interior que tengo que me dice que no me la voy a poder con el idioma, con las lucas, con la distancia, con esta incompatibilidad cultural. Porque sigo cometiendo el mismo error, que es intentar replicar en mi presente lo que tuve en el pasado. 

Acá no está mi familia. Aquí no tengo amigos. Y eso está bien: puedo crear mi propia familia y hacer nuevos amigos, además de reconectar con un par de los que andan dando vueltas en este añejo continente. Y supongo que, eventual y gradualmente, empezaré a hacer una rutina y una vida aquí también. 

Aún no ha pasado ni una semana. Es muy probable que me esté exigiendo demasiado: cómo voy a poder comunicarme eficientemente si no practico, si no me expongo al ridículo y a los idiotas que, lamentablemente, existen en todo el globo. 

Al menos ayer entendí un chiste. Una chica del trabajo de la alemana quería un trago sin alcohol y llevaba pidiendo Coca-Cola todo el rato. El otro chico le dijo "pídete un Cuba Libre sin alcohol", a lo que ella respondió "no se... no me gusta el sabor del Cuba Libre". Tarán.

Luego, al bar donde estábamos viendo el partido llegó un alemán con lo que -creo- eran tres filipinas. El espectáculo era cómico porque parecían su harem exótico y, además, su tono de voz era muy alto y nasal, lo que convertía todo el asunto en un espectáculo de patos. 
Y pensé, "tal vez cuando la gente me ve con Nucki piensan que yo soy su harem exótico. Una mina que se agarró en el extranjero y que se trajo, como si se tratara de una venérea..."

Acá tengo que decir que soy chilena, que soy latina, que "somos así". Cuando me preguntan por mi cultura no se si ofenderme, defenderla o simplemente encogerme de hombros, porque las preguntas nunca son hechas con mala intención, pero la pared se siente muy real.

Además, no puedo sacarme la cara de mierda del guardia español cuando me recibió en la frontera. Me hizo sudar, me hizo sentir como una hueona pobre que venía a succionar la sangre de un continente rancio que se ha mantenido vigente gracias a la explotación de países como el mío. ¿Y qué si me viniese a vivir aquí? 

Me pregunto cómo me recibirán en Norteamérica. Al menos allá comparto el idioma, así que si me joden otra vez podré perder la paciencia con una respuesta sólida como "Yoh' mamma'". 

Es muy pronto para saber cómo me siento. Solo se que tengo que recordarme cada mañana que esto es temporal. La mera idea de quedarme atrapada aquí sin saber hablar me hace sentir como una ratita en un laboratorio. 

Laura hat keine Anung (Laura no tiene idea)

jueves, 9 de junio de 2016

¿Por qué estás estresada?

Hoy día me calaron con esa pregunta.

En teoría, no tengo tantas preocupaciones. En la práctica soy un ovillo de emociones.
Inmediatamente, el reflejo es irse a enumerar una catralá (como decían las señoras) de problemas prácticos: las lucas escasas, el seguro de salú, el de cesantía, la cacha e' la espá y la pata e' la guagua (como dice mi madre).

Pero no se como explicarlo.

Imagínate que un día te dicen - ejemplo extremo - que te queda un mes de vida. ¿Qué harías?

Así me siento yo. Me quedan 7 días de vida en Chile. Cuando me vaya nadie va a decir "hueón", "mierda" o "puta la weá". Ese va a ser mi idioma, mis códigos... No va a hacer más piscolas ni olor a empanadas (aunque ese último no me vuelve loca). No van a haber más personas diciendo "conchetumadre" ni más brazos conocidos en los que me pueda esconder. No van a haber más llamadas perdidas ni mensajes secretos ni chistes compartidos.

Toda, toda mi vida se va a convertir en una etapa. En un recuerdo que dejo atrás.

Sí, si se que me voy a una aventura emocionante, a algo mejor. No estoy siendo malagradecida de la vida ni mucho menos. Pero tampoco quiero quitarle peso a algo que tiene el de un cachalote.

Esto es lejos una de las experiencias más aplastantes que he tenido en la vida. Nunca me he ido "para siempre" a un lugar donde no conozco a nadie, donde nadie habla mi idioma. Y por un lado eso es lo hermoso y por otro es lo terrible y desconocido.

Hay belleza en un breakdown. Este es el mío. Me estoy derritiendo. Capitán, el barco hace agua, se inunda por todos lados y yo lo que intento es transformarlo como puedo en un submarino y dejar que los violinistas de la cubierta tengan su concierto final a punta de abrazos, almuerzos improvisados y reuniones de dos horas con amigos y parientes.

No puedo más. No doy a basto con tanta sensación de fuga. Me estoy deshaciendo y volviendo a hacer en cada minuto. Entendiendo que no desaparezco pero ya no se quién chucha soy, entre tanto pasaje, pasaporte, timbre y papel.

Darse un respiro, hacerse un té o un café y pensar qué hacer el resto del día se han convertido en tareas titánicas para seres humanos cuya proyección a futuro incluye solo el aquí y el ahora. Pero yo no tengo ese lujo del presente.

Vivo hace un mes en una sala de espera, donde los compromisos son tambaleantes y factibles sólo a futuro. Intentaré no morir, de verdá que sí, pero es difícil hacer cualquier tipo de promesa.

Ya, eso sonó a suicidio. Pero es que sí, tal vez en parte lo sea. Los meses de vida, los minutos de vida, las horas de vida se tantean con firmeza y no se cómo ser productiva sin hacer demasiado, sin adelantarme mucho, acomodándome al paso de este reloj cuyo tic-tac nunca voy a agarrar al ritmo adecuado.

¿Qué harías tú? En serio, ¿qué harías?

Agarrar una revista y un lugar cómodo para esperar. Sacar la canción de oído e ir tanteando, ya, claro, eso lo hacemos todos. Pero lo que nadie te dice es que en ese "dejar hacer" relajado, en ese "dejar pasar" pachamámico hay que lidiar con todo lo que se lleva a cuestas, los asuntos sin resolver, las palabras sin decir, los miedos que no puedo verbalizar porque apenas se asoman por la punta de mi lengua alguien intenta taparlos. "Sh, sh, sh, tú te vas con una beca, tranquila, todo va a estar bien."

No es derecho a pataleo lo que quiero. Es derecho a pánico. Por eso tengo estrés, por eso me he comido mi peso en un mes, por eso he engordado y tomado y fumado como si no hubiese un mañana. Porque el 17 a las 12 del día mi vida va a cambiar, me guste o no, y en parte hubiese preferido no saberlo, pero es que ya se que no hay otra forma de hacer las cosas y qué fácil sería si alguien empacara todo por mi y me dijera "tú tranqui, duerme hasta el viernes y yo hago todo por ti".

Pero no, tampoooco es así. Y aquí estoy, escuchando a la puta Adele cantar sus canciones tristes en Deezer (porque nunca supe usar Spotify ni me interesa aprender a hacerlo). Con una pata en el futuro y otra en el pasado. Vivir así, aunque sea por poquito, aunque ya estés a punto y no falte nada más que una vuelta de esquina, es más estresante que la chucha.

Y tengo derecho. Todo el derecho, a tener un meltdown.

lunes, 30 de mayo de 2016

One time

Una vez, cuando la diferencia horaria no era tan grande, existió una conversación entre la susodicha y yo por el medio de comunicación virtual rutinario.

Era de noche y yo venía de tomar en un bar o de jugar a la pelota, para ser honesta no me acuerdo. Solo se que ella me mandó unos audios y me dijo: "Esta canción está en kölsch [un dialecto] y ni siquiera los alemanes entienden lo que dice... Si tú la puedes traducir, entonces yo me casaría contigo" (el original está en inglés y me da paja traducir pero, filo, esta es la síntesis).

Ni siquiera sabía el nombre de la canción o de la banda. Tampoco entendía un carajo en qué idioma estaba la letra. Mas, llegué rauda a mi pieza y busqué una página web donde bastaban unos 5 segundos del sonido para que me dijese que era Et jitt kei wood de Cat Ballou.

Para mi suerte -y asumo su infortunio- había una página que traducía la letra del kölsch al alemán. A la mañana siguiente la pobre tenía tapizado el correo con la traducción. Yo me había ganado (aunque no muy noblemente) el derecho a pedir su mano.

¿Por qué estoy recordando esto hoy? Ni pinche idea. Sólo quería dejarlo registrado, supongo, porque ha estado sumergida en una bruma estudiantil que ha hecho que nuestra conversación más larga del mes no sobrepase los 60 minutos.

Por un lado pienso que mejor acostumbrarse a la soledad desde ahora, que qué mejor instancia para conocerse a una misma y enfrentarse a sus propios miedos y todas esas cacas de libros de autoayuda donde te dicen que una no necesita de otro para ser feliz. Por otro lado, ya sé, ya sé, Laura corta el hueveo, deja de pensar, etecé. Pero es difícil vivir en mi cabeza, no dejarme llevar por las ideas...

Supongo que cada cierto tiempo es bueno hacer el chequeo de por qué me estoy metiendo en esta tole tole emocional. Recordar que el amor tiene chorrocientas mil maneras y formas de vivirse y, en cierta forma, siento que esta es la mejor para mí.

Además, Cat Ballou tiene razón cuando dice et jitt kei Wood, dat sage künnt, wat ich föhl...

Si quieren saber qué significa, pos ya saben qué hacer. Pero no se si puedan/quieran casarse conmigo sosí... Mamma is a big pile of hot mess...

jueves, 19 de mayo de 2016

She says

A veces no la entiendo. Y a veces es como si fuésemos la misma persona.

 - I don't wan't to lose you. - she says.

Mi primera reacción es consolarla. Decirle que no controlamos nada pero que no por eso vamos a dejar de vivir, pero en secreto, bien adentro, quiero decirle:

- Nobody can lose me, because I belong to no one.

Pero para qué, si se sabe que me tiene en la palma de la mano. Aj, crap. Me choca la puta vulnerabilidad. La odio. No se qué hacer con ello y sale mi Chandler interior y solo quiero hacer bromas incómodas porque en realidá no puedo prometerle que no me voy a morir, que mi avión no va a explotar, que ISIS no va a reventar la termonuclear en Alemania o que simplemente nunca nada nos pasará porque sí, es probable que nos pase, porque chucha, así es la vida, no queda de otra, lo siento flaca, no tengo respuestas sólo manos en los bolsillos.

Perdón por la corriente de la conciencia. Pero nadie lee esta hueá a no ser que uno se esté desangrando.

jueves, 28 de abril de 2016

El pasado

Me puedo ir a Alemania y ahí moverme entre Bonn, Colonia y demás.

Me puedo ir a Estados Unidos e intentar cruzar a nado el lago Michigan hasta llegar a Canadá.

Me puedo hacer bolita en el sillón de mi papá en Arica.

Me puedo esconder debajo del plumón de la tía en Santiago.

Pero donde sea que vaya, no logro escapar de mi misma ni de mi personalidad de mierda.

Los dioses sí nos hicieron con un botón de autodestrucción: se llama cerebro.

Laura, deja de pensar por la chucha.

sábado, 5 de marzo de 2016

Voh dale

Whatever makes you happy, will make me happy too, at least one day.

You can't make everyone happy. Not at the same time. So be happy. For you and only you.
Grab life by the titties or the ass, 'cause you are right: it is too short, too fast, and too fucking wide.

I wish you nothing. And this is a good thing, because it means I've let you go.

Now let go. Not of me, I don't mean it like that. I know you are not holding on to me for a long time and it's good. Let go of the fear. Don't overthink it. Don't over-chew it. Spit it out or swallow it and let it take you to wherever it must.

We controlewwwwwwwwwwwww2wwwww2w3sews (sorry, something stuck on the keyboard). We control nothing. So, therefore, nothing really controles us. Except maybe for the real nothing that lies behind all things: fear, pride, illusion.

Sometimes fear is good. Fear of losing people you love makes you treat them better, fear of dying makes you stay alive, fear of getting hurt makes you not be a reckless demon. But you cannot fear life. So, this is my unwanted advice:

Voh dale.

Also, this is a self-message. We both shall read it when courage seems to be getting further and further away.

lunes, 22 de febrero de 2016

What a graceful swan of a lady

Mis ojeras tienen ojeras. Mis granos tienen espinillas.

Necesito vacaciones. Mi cuerpo no da más.

Man down! I repeat: man down!

domingo, 21 de febrero de 2016

Buena

Su respiración pesada a mi lado. Ese silbido característico de una nariz que batalla contra las cantidades de oxígeno que insuflan, cada dos segundos, unos pulmones aplastados por el peso de 100 kilos que desmiente cada vez que puede.

Ese pecho que se levanta y sobre el cual me quedé dormida en incontables ocasiones. Sí, es mi papá que está de visita. Desde que llegó hace un par de días, con esposa e hijos siempre, mi rutina se fue al carajo: comemos cochinadas, hablamos del futuro, interpretamos sueños y me hace asesoría académico-profesional cada vez que puede.

Hace muchos años fue mi superheroe favorito. El hombre de acero al que las balas podían penetrar. Una escultura de mármol fría por fuera y acogedora por dentro. Kung Fu Panda en sus shorts de rayas tipo Adidas al costado y voz calma, siempre calma ante todo.

Le confío mi vida porque él me la dio. Le confío mis sueños y mis temores porque se que está ahí para mí a pesar de todo, altos y bajos, viento y marea, frío y calor, pobreza y riqueza. No es mi amigo, pero tampoco es un extraño. A veces lo detesto y otras lo único que anhelo es su brazo pesado rodeando mis hombros, que de pronto se vuelven chiquitos cuando él los abraza.

"Lo importante es ser bueno". "Lo importante es darse cuenta de que los muros son en realidad puertas con picaporte, que tú sí puedes abrir". "Lo importante es meditar". "Lo importante es darse cuenta de que no tenemos control sobre nada". "Lo importante son tres cosas: Dios existe, ser bueno y tu papá siempre te ama".

Yo no se si soy buena. No me siento "buena" de esa "buenitud" que hace características a las personas "buenas". Intento nunca hacer daño pero fallo en el proceso, porque mientras más inseguridad siento más saco las púas.

Quiero hacerme bolita y que me despierten cuando la marea haya pasado, cuando la vida tenga nuevamente fundamentos y certezas, cuando el terremoto haya pasado y los bandidos estén en prisión y yo ya no sienta que tengo que ponerme máscaras.

Creo que de éstas últimas tengo tantas que ya no se cuál es mi verdadero rostro. Era una contigo, con él soy otra, con ella otra más... La que fui, la que soy, la que quiero ser. ¿Qué tienen todas en común además del tiempo verbal en pasado, presente y futuro?

El se fascina con mi amplitud de opciones. Dice que tengo que "puro darle" a todo: pega, relaciones a larga o a corta distancia, pero siempre siendo buena, buena, buena. Buena pal' hueveo será, me pregunto a veces. ¿Qué bondad queda en mí? ¿Qué cariño? El amor propio siempre lo tuve y a veces se trastoca en un egocentrismo recalcitrante del que he jurado deshacerme en más de una ocasión, sin éxito. ¿Cómo se hace para ser buena? ¿Buena con los demás y conmigo misma?

Su silbido de nariz me da sueño... se me cierran los párpados. Le pregunto si lo soñé o era cierto que me tocaba la guitarra cuando estaba enferma. Me dijo que muchas veces lo hizo, cuando estaba enferma o simplemente para hacerme dormir. Tocaba Luchín de Víctor Jara, cantaba mientras punteaba las cuerdas plásticas y metálicas con el mismo punteo con el que yo lo intento semisatisfactoriamente hoy.

Sus hijos, mis hermanos, ¿serán/seremos buenos también?

Meditar. Hacer ejercicio. Comer bien. Dormir bien. ¿Cuál es la receta que me encamine hacia la bondad? Al menos me parece un noble propósito, una mejor propuesta que "se un profesional completo con doctorado y postdoctorado"...

Se buena. No mejor. Simplemente buena.

A ver si logro averiguarlo.

sábado, 6 de febrero de 2016

But if you win you win my heart

Hey Romeo, put on you running shoes I'm ready to go...

Laura es una chica arriesgada, por decirlo menos.

Tiene pasaje comprado a Alemania y ya está aceptada en MSU, con teacher's assistantship y todo el hueveo.

No mentiré. Hubo pánico. Desesperación, lágrimas inclusive.

¿Y qué pasó?

Pasó que la Laura de este año se dejará llevar por la corriente. No controlo nada: destino, pasajes, suerte, emociones, amistades, familia. Todo, cada partícula de este año no deja de sorprenderme. Desde la franqueza emocional de Nucki, quien como un niño pequeño confiesa su amor se ha ganado el mío, hasta la honestidad (suena Reina Japonesa, de Fernando Milagros, la canto con audífonos, me siento tentada a grabar un video cantándola) de una profesora peruana que se desvive al parecer por obtener todas las becas para que yo estudie en USA.

¿Qué? ¿Qué es esta suerte y miseria que abarca cada poro de mi piel al unísono?

Déjate llevar, hija mía... nada controlas, nada ganas, nada pierdes. Vive, siente, ama, respire, corre, viaja, conoce, recorre. No busques sentido donde no lo hay, no busques lógica donde no la hay.

Ama. Ama mucho. Amala a ella, ámame a mi, déjame ir, suéltame pero no me sueltes.

El vaivén de la vida es real. La rueda de la fortuna ha comenzado a girar, aunque más bien la del destino. Hoy estoy arriba, mañana abajo. Corre, gánate mi corazón, destrózalo luego. Lo acepto todo, lo abrazo todo, lo entiendo todo y nada a la vez. Llámame por Skype, llámame por Facebook, háblame por Whatsapp... Llámame cuando tu suave mano agarre mi espalda en el aeropuerto.

Tengo ganas de gritar. Tengo ganas de vivir. De vivir hasta el concho, porque mañana puedo despertar de esta carrera sudorosa que son los sueños y no quiero sentir que al menos no competí. Como le dije a la negra

como perder es una posibilidad no me da miedo perderlo todo... me da miedo no intentarlo.

Put on your running shoes. I am ready to go.

viernes, 29 de enero de 2016

Encrucijada

Tengo [casi] todo lo que quiero. Ahora me falta ver si puedo ponerlo todo en un mismo lugar.

No hay felicidad sin sacrificios. No hay Nucki si hay MSU, no hay MSU con Nucki (tal vez?). ¿Qué hago? ¿Sigo al corazón o a la cabeza? ¿Prefiero la teacher's assistanship o un país nuevo, una vida nueva, tal vez un error nuevo?

¿Qué tanto pierdo si pierdo el doctorado en MSU? ¿Qué tanto pierdo si pierdo a Nucki?

Necesito que sea marzo mañana. Cierro los ojos y lo intento con todas mis fuerzas, pero no puedo, el countdown se mantiene en 48 días.... poco menos de 2 meses... A veces espero que uno de los dos me rompa el corazón: o Conicyt o Nucki. Alguien tiene que ponerle un fin a esta miseria.

Mejor me voy a San Fernando. Un paraíso libre de WiFi para reflexionar...

Alicia, voy cayendo por tu agujero sin conejos que me guíen. Estoy perdida, perdida, perdida en un mar de amor.


martes, 26 de enero de 2016

51 days

Tose. Se retuercen sus abdominales perfectos bajo la polera de su club de fútbol. No tiene miedo de decirme lo que le gusta y lo que no: es directa, clara, casi infantil en su inocencia, aunque aún no me queda claro si es su personalidad o simplemente un tema de que con la lingua franca hay menos dobleces que con la natal. 

¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo, Dios mío? - me pregunto mientras sostengo conversaciones hasta mis horas tardías y sus madrugadas. 

Quiero estar con ella. Es como si fuese Odiseo y no me hubiese tapado los oídos en la parte del canto de las sirenas. Ella me llama a hundirme en el fondo del océano, a cruzarlo a nado si es necesario, para llegar hasta esos brazos tonificados que no tarda en exhibir con orgullo cada vez que puede.

Tengo miedo de que me rompa el corazón. Pero creo que, por vez primera, tengo miedo de rompérselo a ella. Dice que no tolera bien las distancias ni el tiempo, pero que también sabe que todo pasa por algo y que lo mejor es no pensar demasiado. Al menos el sobreanálisis es una tara que tenemos en común. 

Tirito en mi pijama a pesar de que afuera hace calor. Tirito de ansias por correr hasta su casa, abrir su puerta y encaramarme en su sillón-cama (su departamento es enano). No me malinterpreten, no busco una novela porno. No me interesan las 50 sombras ni tampoco todas las pornos imaginarias que ya se me han cruzado por la mente. Quiero cuidarla, poder mirarla a los ojos todos los días, de ser posible, y sentir su latido junto al mío, su respiración junto a la mía. Quiero aburrirme a su lado, preguntarle "¿qué hacemos hoy?" y que me responda "no lo sé, ¿qué quieres hacer?"

Quiero lo cotidiano y lo extraordinario, porque tengo esa sensación de que solo por ser ella ambos serán lo mismo. Quiero que el tiempo pase rápido hasta llegar a ella y luego, una vez allí, que el condenado segundero me de un respiro. Soy Odiseo y Penélope a la vez, tejiendo y destejiendo este telar que empecé a armar sin saberlo.

Estas palabras, que tal vez ella nunca entienda, son para mí. Cincuenta y un días y contando... Paciencia, que ya tengo un plan.

domingo, 17 de enero de 2016

Te envidio

Envidio a quien tenga frente a sí al objeto de sus deseos.

Suena chulo y por eso es cierto.

¿Sabes lo que daría por tener el poder de la teletransportación?
¿Sabes lo que es leer tu inicial en la nieve mientras sudas por 32° de calor?
¿Sabes lo que es que te duela el cuerpo de anhelo, afiebrado, mientras sientes como el corazón se te raja cada vez que te escribe I wish you were here... ?

Te envidio porque tú puedes tocarla, besarla, tirártela, odiarla, mirarla de reojo y saber que está a una llamada a distancia.

Ella vive en el futuro, cuatro horas más adelante, y yo voy al trote detrás... Perdida buscando el Norte, otra vez. Vuelvo a empezar.

No pierdas tiempo. No te gastes en excusas. No quiero oír nunca más a nadie decir que no sabe si está feliz en una relación o que se queda en ella por las razones equivocadas. ¿Saben lo que daría yo por ser feliz con ella?

Siento que me estoy desangrando, pero no de sangre, sino de vida. Necesito alguna forma de matar el tiempo, de empujar las manecillas del reloj para que pasen más rápido. Ya está: Laura no es más paciente.

Necesito un plan.

miércoles, 6 de enero de 2016

I'm going to try

I don't have a magic ball.

I don't know if this is going to work, or how, when or why.

I have no answers to these questions. I only have more questions and one simple truth: I like you. I like you a lot. You make me feel like I've never felt before and it frightens me to the point of feeling like I am losing my mind.

Because who does this? Who does this crazy thing? Who plays their cards like this for a stranger?

This could end up horribly or be a complete success, either way, I want to try it. I want to keep on developing this crazy fucked up (in a good way) connection that started from the moment you asked me for my number (thank God you did!) and I sunk into those beautiful eyes you have.

I don't have a magic ball. I do not know what it is going to happen. But I am going to take a leap of faith, hoping you will catch me on the other side.

This is what happens when you are open to life.