miércoles, 13 de julio de 2016

In the back seat of the car. Again...

Anoche me fui a la chucha. Así, simple. Corta.

Según yo, no estaba reprimiendo nada. Según yo, tenía las cosas más o menos controladas. Según yo, todo iba a estar bien y las horas de los días no se me iban a hacer confusas...

Pero la realidad es otra. Y nuevamente me fui a la chucha por no saber hablar, por no saber pedir ayuda, porque me dio vergüenza decirle "oye, me siento como el pico, porfa abrázame".

En cambio, decidí convertirme en una weá que odio: una weona insegura que espera que la otra le lea el pensamiento.

Así es... decir que "pinté el mono" sería una weá mínima: te hice una Capilla Sixtina, una obra de arte, un monumento al aweonamiento, una estatua a la incomunicación y a la weá pasivo-agresiva. Casi me da un poco de pena porque la otra, claramente, no entendía qué chucha estaba pasando y yo tampoco sabía cómo chucha explicarlo.

Y de pronto la conversación pasó de "tú no me tratas como yo lo esperaba" a "mierda, tiene razón, ¿por qué si necesito algo no lo digo? ¿por qué si no me gusta algo no lo digo? ¿por qué tengo pánico a ser directa, a demandar, a conquistar este territorio que ya se ha proclamado mío?" Aj, no se cuál es mi problema. No es como que la hueona sea una completa extraña. O sea, sí, es cierto, ella tiene más soltura de pluma que yo cuando se trata de escribir nuestra relación, pero eso debería darme pie a mi para soltarme las trenzas.

Estoy en Alemania, por la mierda. Debería estar bailando bajo la lluvia, tomando solcito en el pasto, sacando fotos, tomando chela y visitando cada calle de esta ciudad. Pero no, heme aquí, escribiendo en un blog culiao fome porque ayer la cagué grande.

¿A qué chucha le tengo miedo? (ya he dicho chucha 6 veces con esta, no lo siento).
Sólo podía recordar cuando estaba con la Maca y me senté en la parte de atrás del auto, casi como para no molestar, porque mi autoestima estaba tan hecha concha que no me sentía merecedora de ningún título... casi como diciendo "oye, tírenme a esa esquina, empujen ese trozo de hielo y esta abuela esquimal se va a morir cagada de frío sin joderle la pita a nadie".

¿Por qué me da paja "molestar" a mis parejas, pero no tengo problemas para mandarle WhatsApps a mi ex?

¿Cuál es mi puto problema, por el amor de Alá?

Y pa' más recacha, obviamente me entró la pena por la Patria y los amigos y me hice una bola llorando y con el nudo en la garganta tuve que pedir un abrazo (que obviamente se me entregó) y cuando me preguntaba "what's wrong? what's wrong?" lo único que atiné fue a decirle:

- I think I am crying all that I didn't cry when I was in Chile.

Ahora sigo sin tener un plan. Solo se que no quiero volver atrás. No me interesa la actitud de víctima, de hueona pasiva, de mina-llavero (dícese de la loca buena onda que te acompaña a todas partes y cuelga de ti, como un lindo adorno)... No quiero volver a sentarme en el asiento de atrás, ni cagando. No quiero volver a sentirme así, impotente, torpe... A veces por evitar ser vulnerable dejo la zorra. Y entonces no solo soy vulnerable sino que, precisamente, desato lo que quería evitar y me convierto en un dolor de cabeza.

No me voy a hacer promesas de que esta weá no va a volver a pasar. Al menos ya se identificarlo más rápido... Solo se que tengo que dejar de andar con la cola entre las piernas. No me sirve a mi y no le sirve a ella y puta, pa' qué vine entonces, ¿no?

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