miércoles, 31 de diciembre de 2008

hello 2009

The Spinto Band - Oh Mandy

Gracias :) porque sin tí este año habría sido una real mierda.

Te año. Ememente añada.
Sumamente añada.
Te año como jamás he añado a nadie.
Y ya no me da vergüenza ser cursi. Quiero que sepas que te año demasiado, así como en exceso.
El exceso de la añación, y hoy me vale pico ser excesiva. Realmente te año.

Mini Freud, quiero compartir todo el 2009 contigo. ¿Te atreves?
¿Añémonos?

domingo, 28 de diciembre de 2008

I need, you need, we all need.

Señorita:

Yo, la necesito.
La necesito conmigo. Y es por eso que nos cuido tanto, para poder tenerla aquí conmigo. Una vez tú escribiste - en el cuaderno - que no valía la pena arruinarlo todo por tres segundos de felicidad... (algo parecido, tú eres la de la memoria).

Paciencia.
Yo, la necesito como se necesita al aire.
Pero no podemos empezar a caminar si estamos gateando, pero ojo, estamos gateando juntas. No tropiezes queriendo correr cuando sabes que es imposible y que puedes arriesgarnos nuevamente al derrumbe.

Señorita, yo la amo, más de lo que me imaginé jamás. Yo la necesito, y quiero estar con Ud. viendo tele, o compartiendo un amanecer, un atardecer y un anochecer, Ud. escoja. O inclusive todos juntos.

¿Se acuerda de cuando estábamos mirándonos las pupilas en posición horizontal, y yo dije que podría estar así para siempre? Bueno, por qué no soñar un poco que tenemos tiempo, porque nuestra relación no quiero que caduque. No se va a vencer si no dejamos que eso pase.
Volver a empezar es tomarse el tiempo y prevenir el daño. Prevenir. No esperar a que suceda y curar. Porque las cicatrices pueden volver a abrirse, igual de fácil como la primera vez.
Con eso en nuestras cabezas, como peso de plomo que nos afirme a la tierra, podemos volver a empezar, con cuidado.
No es que no te necesite, porque sería mentira, es que te necesito tanto, que te sobreprotejo a veces. Mea culpa, lo sé. También debo trabajar eso.
Pero me gusta que me lo diga, que sepa que Ud. es impulsiva y que trabajará para controlar sus impulsos. Tampoco la idea es convertirla en una momia fría y racional. Es saber encontrar el equilibrio, la medida justa, el tiempo que me da y el tiempo que le doy, y el tiempo que le damos a los demás. En igual medida.

Mi ofrenda está hecha: una semana, para Ud. Demuéstreme que no son las fechas, que el que no nos veamos un día sólo significa que nos veremos al siguiente o al subsiguiente. Demuéstreme que Ud. realmente cree que tenemos tiempo.
Y yo le demuestro que la necesito, porque simplemente ya no me imagino mi vida sin la de Ud. alrededor.
Así de simple.

viernes, 26 de diciembre de 2008

neblina

Recuerdo un día que fui a beber con Manu a un pub en Nantes.
Esa noche estaba llena de neblina, las callejuelas se veían tétricas, no tenían pastelones grandes de cemento, sino adoquines. Más tétrico, imposible.
Agréguese a la escena vapores salidos de las calefacciones varias, y una figura baja y delgada enfundada en un abrigo que no le sienta nada bien, cuyas suelas son el único sonido que llena los espacios de la calle.

En ese tiempo tú no me gustabas.
En ese tiempo a mí me gustaba la otra.
Errare humanum est.

Tal vez tú eras la otra... quién lo sabe.

Me daba miedo caminar por la plaza, el sonido de la propaganda que se cambiaba en aquel letrero gigante promocionando alguna porquería de algún supermercado rodaba y me ponía los pelos de punta. La luna se veía como una luz difuminada.
Yo le hablaba a la Luna. Es la única que siempre me ha escuchado.
Yo le pedía llegar bien a casa, sin asaltos ni violaciones, sin caerme ni tropezar con nada, o resbalar en el suelo que crujía porque se estaba congelando.
El cabello se me estaba mojando, la neblina era demasiado espesa.

Y yo conversaba con la luna, pero a mí me gustaba la otra.
Le pedía poder llegar, para volver a Chile, para verla.
Pero no sabía si tú eras la otra. La otra que a mí me gustaba.
Le pedía poder verte, le pedía poder llegar bien, le pedía la raíz cuadrada de pi y un arcoiris por la mañana.

La neblina sirvió para llegar rápido a casa y no me pasó nada más que humedecerme en demasía. Las botas quedaron en una esquina. Prendí el pecé. Ahí estabas.
Tú, que no eras la otra que a mí me gustaba. Tú que eres la otra que yo quiero.

martes, 23 de diciembre de 2008

in the middle

La vida es como los balancines: cuando una parte baja, la otra sube.

Es como las ruedas de la fortuna, como las cajas de bombones (a lo Forest Gump), como las montañas rusas... la vida es como la vida.

Jueves y Viernes fueron dos días complejos, emocionalmente perturbados por no sé qué onda hormonal/emocional mezclada con reflexiones bastante estúpidas. Fue por eso, y porque extrañaba a mis amigas, por lo que decidí marcharme de Santiago... necesitaba pensar con claridad, dibujarme el mapa en el mate.

Encontrar el medio es lo que he tratado de hacer desde que tengo uso de razón: ni mucho ni poco, ni altos ni bajos, ni hombre ni mujer... ni hetero ni lesbiana...
Hay asuntos para los cuales no es difícil encontrar el balance, pero hay otros, que son un pelín más complicados. Y por pelín me refiero a la peluca entera.

Yo tenía un miedo, una paranoia, un pánico: perderte. Hay mil maneras de perder a una persona, la comunicación desaparece, la relación se vuelve monótona, alguien coge un avión y dice "Volveré..." para no aparecer nunca más dejando un llamado telefónico de constatación... etcétera. Yo te perdía por acción de terceros.
Sin mencionar que dichos terceros me ofrecían una linda estadía en la tierra de los Denunciados por Estupro, gente a la cual se le dificulta volver a armar la vida.
Para tí no fue un paseo por los Campos Eliseos precisamente, como bien repites siempre: la nuca y la espalda son las facciones que reconoces inmediatamente en tu familia...
Diría que te entiendo... pero mentiría, sólo me aproximo a tu dolor por lo que tú compartes conmigo. Son dos tipos de dolor, dos amenazas, dos emociones diferentes. Tú sabías de buena fuente cómo se sentía tu familia mientras que yo me devoraba las uñas basándome en especulaciones que llegaban al borde de lo atroz. Especular, contestar el teléfono con los dientes apretados, incluso agresivamente, tomar clorfenaminas, estrujar la almohada de tanto llorar. Esa fue mi tajada de la torta... Por favor no pienses que te culpo, tú no hiciste esas llamadas ni me apuntaste con el dedo, y volvería a pasar por lo mismo sólo para poder estar contigo. Te prometí que no te dejaría sola... y creo que he cumplido pobremente la promesa, pero lo intento con todo el mío cuore. De verdad que lo he intentado, creo que es lo único que realmente he hecho con convicción.

Pierdo el hilo cambiando canciones... en fin, a lo que iba.
El miedo es un factor que no se irá nunca, creo. Por favor entiéndeme en eso... no dejaré que el miedo me paralice, pero me gustaría que fueses razonable. No se puede volver a comenzar donde lo dejamos, porque si lo hacemos sería estúpido: cometer los mismos errores nos llevará - por lógica - al mismo final. Y si te pierdo, no quiero que sea por terceros, quiero que sea porque ya no me amas, o porque me odias, porque te aburro con tanto sentimentalismo y palabrería, porque encontraste a alguien más afortunado que yo, qué se yo...
Podríamos retomarlo poco a poco, a un ritmo normal, conversando los problemas que tenemos estancados, hablando. Coach, ud. y yo somos del mismo equipo, no olvides que también me llamaste amiga en algún momento, que puedes conversar sobre todas las cosas conmigo, que quiero que estés bien y que te sientas cómoda. Porque tú eres mi prioridad... lo que no significa que debo besar el suelo que pises ni que todo mi universo gira en torno tuyo... porque eso es enfermizo.

Sin tí bien contigo mejor, eso lo mandamos hace rato al carajo. No hagamos que vuelva. Sin tí mal contigo genial. No quiero perderte... a veces siento que no somos las mismas... es evidente, los golpes cambian. Pero no porque llores en tu cama sola significa que no puedes hablar sobre lo que te hizo llorar conmigo.
Las relaciones son eso: compartir, aunque sean estupideces. Quiero saberlas. Quiero conocerte. Quiero saber quién eres. De quién me enamoro todos los días al mirar mi muñeca.
Te amo. Y mi regalo de navidark va en serio: quiero que te encuentres a tí misma en el medio... algo que yo aún no logro hacer.

viernes, 19 de diciembre de 2008

who cares

Ayer me odiaba.
Hoy no he cambiado.
No puedo cambiar.
Es como si estuviese pegada.
A una línea emocional bipolar.
A un balancín emocional.
Subo

Subo

Bajo
Subo

Bajo Bajo
Bajo
Bajo
Bajo
¿qué seguía?
¡Subir pelotuda, subir!

Ah si... Subo.

Subo a ratos... bajo a ratos...
Las vacaciones son nocivas para la salud. También lo es la sobriedad.

Metric - Poster of a girl

jueves, 18 de diciembre de 2008

:@

Hoy soy un puto grifo.
No he parado de expulsar líquidos en todas las formas y colores de mi cuerpo.

Léase: me llegó la regla, ergo, ando emocional y lloro como una nena desde hace más de media hora.

Por supuesto el reproductor de winamp está puesto con todas las melodías anglosajonas más mamonas y lacrimógenas posibles, cosa de que el flujo no cese.

Hay días en los que uno se mira al espejo y no se encuentra asqueroso en el exterior, sin embargo sabes que tienes un no se qué, como una suerte de aura que augura la nubecita de mierda que llueve sobre tí todo el día.

La mañana asquerosa, la tarde maravillosa, la noche asquerosa nuevamente... ¡No entiendo por qué no puedo conversar con nadie que no sea yo misma en estos momentos! Si supieran cuánto me odio ahora, sin razón ni motivo particular alguno.

Eso que dije más arriba es mentira, ¿cómo que sin razón?
Me odio, me doy asco: porque soy débil, porque lloro de lo que hay que reírse, porque dejo que todo me afecte, porque todos tienen razón y no vale la pena sentir tanto si al final... todo se puede ir al demonio.

¡Me odio! ¡me detesto! ¡soy el ser más rastrero del planeta! No, no te he cagado... pero es precisamente eso lo que me tiene hasta los ovarios, siento que no te merezco. Porque jamás hago nada... excepto amarte. Y me parece poco comparado con todo lo que haces por nosotras.
Tú aportas montañas y yo granitos de arena...

Es como la historia de mi vida. Ser patética.
LLorando en el rincón y sonándose los mocos con la manga del chaleco. ¡Odio llorar y al parecer es todo lo que hago!

¡Quiero coserme los párpados! ¡Alguien enséñeme a bloquear los lacrimales!

Nada. Soy como un puto río... ni siquiera soy capaz de dejar de llorar.

Berrinches emocionales le dije a la Chío...
Berrinche hormonal al parecer es éste, aunque no por eso menos serio.

Me voy a la mierda y vuelvo en un rato.

martes, 16 de diciembre de 2008

short one

All you need is love.
And all I need




is you!

sábado, 13 de diciembre de 2008

feliz cumpleaños

El catorce de marzo dos cuerpos estaban de pie despidiéndose en mi vestíbulo.
Aún los veo.
Mi cabello estaba más corto y el tuyo menos teñido. Pero en esencia éramos las mismas.

El catorce de marzo tomé un tren en dirección a la nada, sin retorno. Empaqué maletas y adiós a la razón de siglos que pesan sobre la conciencia de todo ser humano que cree saber qué es "lo normal", hombres con mujeres y mujeres con hombres y todos felices.

¿Por qué? ¿Qué lógica rompimos con el beso? ¿Te contagié? ¿Fui nociva para tí?
El catorce de marzo te regalé algo más que mis gérmenes, tomé la ruta hacia lo desconocido [que frase más cliché pero más cierta], cerré los ojos, tapé mis oídos, y me concentré sólo en lo que tenía al frente: tú.

En cierta manera no puedo odiar a tu madre, porque sin ella no estarías tú conmigo.
Eres el producto de tantas manipulaciones, al igual que yo, tienes miedo, igual que yo, te ríes, igual que yo, me amas, y yo te amo.

Dieciocho, catorce, doce, once, números... nada significan, sólo marcas en el calendario que marcaste impaciente hora tras hora. El reloj es nuestro aliado y enemigo, pero hemos logrado acelerarlo o aletargar su paso.
Hace poco dijiste "Quiero estar contigo..." y el estómago se me hizo un nudo, para estar contigo tengo que saber los pros y los contras, para estar contigo necesito...estar contigo. Por weón que suene.
Y el catorce de marzo supe que no hay vuelta atrás, que íbamos a jugar con mucho más que con fuego, que las lágrimas no serían cosa sorprendente ni irregular, que nos costaría mucho más que la paciencia, que tendríamos que sacrificar mucho más que un par de horas...

¿Mi regalo? Si es necesario que lo sepas, no es gran cosa, ni me costó caro, en realidad no es ni siquiera único, y probablemente te arrepientas algún día de haberlo aceptado, pero te lo dí el catorce de marzo. Es humilde, no se cree la gran cosa, es torpe, dos pies izquierdos y un cerebro confundido, pero un corazón que ha aprendido a latir al unísono con el tuyo.
¿Mi regalo? Soy yo.

Te adoro.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

postergada

Tal vez sí olvidé nuestro mesiversario.
Pero fue sólo porque mi ex cuñado juega a las bolitas con su vida y llama pidiendo perdón por sus pecados y pretendiendo abrir las puertas del Averno con sus puños y un montón de píldoras.

Yo no le doro la píldora señorita, sí. Olvidé los ocho meses, cinco de los cuales han sido la prueba viviente...

de que a pesar de que olvidé los ocho, tomarán ochenta años en olvidar cómo se siente amarte, cómo se escucha tu risa, como todo se refleja en tu iris, cómo das los besos, como clavas tus uñas en mi espalda, como dibujas con tu dedo el contorno de mis tatuajes, cómo cuentas los lunares y los unes. Ocho no es nada. Ocho es todo lo que tenemos, y no pretendo que sean los últimos.

martes, 9 de diciembre de 2008

bosque

La cicatriz que llevo es invisible.

Me la hicieron no hace mucho tiempo.

Lloraste sobre mí con lágrimas de ácido, y yo sólo quise coger tu mano entre la multitud, abrazarte fuerte y desaparecer contigo en otra dimensión no paralela, aisladas del tiempo y del mundo, podría contemplarte congelada eternamente.

Los arañazos en la espalda, una golondrina azul en carne, volé buscándote en todas mis primaveras anteriores, y cada grito me devolvió un eco eterno.
Me empujaron una y otra vez, una y otra vez.

Quise que me crecieran alas, pero se quebraron al primer intento de vuelo, el viento las llevó lejos, vueltas arena, inservibles.
Me empujaron una y otra y otra y otra vez... todos.

Tus lágrimas de ácido comenzaron a agujerearme la piel, y no tenía escondite, el ojo que todo lo ve amenazaba con dar la alarma, ¿dónde enterrar mis cuerpos? Mis múltiples cuerpos, cada uno te amo como ninguno de ellos pudo.
Y la golondrina me miraba cada mañana, con las alas congeladas en despegue, instándome a partir, a buscarte, a perseguir infinitamente las primaveras cual peregrino. Jamás le devolví la mirada, la mantuve firmemente atada en mis hombros, le pedí a gritos paciencia, que pronto volverías a estar conmigo le dije, que ya quedan sólo un par de días y la miseria volvería a girar como la Fortuna. Si estamos abajo estaremos arriba, para volver a bajar.

Una y otra vez, el mismo empuje, la misma pared de vidrio contra la cual la golondrina se azotaba sus alas, hasta que goteasen sangre.

¿Dónde escondernos? ¿Dónde esconderte? No se puede negar lo que se ama... tú no me negaste las tres veces. Y yo no lo haré.

Mi golondrina y yo te esperamos. Te esperaremos todo lo necesario.
Tengo tiempo.

sábado, 6 de diciembre de 2008

devaneo devanoso

Siempre pienso que en realidad no tiene vuelta. Pero el mundo gira y las vueltas ocurren todos los días.
Hoy aprendí con una película en casa de Cami a detener el tiempo, tienes que realmente querer hacerlo, y después para que vuelva haces sonar los nudillos, pero yo no quiero nunca descongelar el tiempo, quiero mirarte detenida hasta el más ínfimo detalle. Como si fueses una estatua viviente. Y el tiempo que se detiene o que se desacelera no se retrocede, y yo tampoco quiero retrocederlo, pues si arreglase todo lo anterior no estarías en mi.

Eres mi fantasma favorito. Apuesto a que no lo sabías.
Y te amo tanto aunque ya no existes. Eso tampoco lo sabes.
No quiero existir contigo.
No es que no quiera existir porque tú existes, es que como no existes yo también quiero no existir, pero contigo.

Ayer conocí a alguien que me dijo que siguiese con todo. Es imposible no seguir. Es igual de difícil como remover mi tatuaje.

Queda tan poco. ¡Tan poco!
Aunque no sé para qué es lo que queda tan poco.

Black kids - i'm not gonna teach your boyfriend