jueves, 25 de septiembre de 2008

what the fuck?

¿Hace cuánto que me conozco?

Creo haber llevado una larga trayectoria junto a mi misma y todos los días descubro algo nuevo.

El lunes me nació una golondrina en el hombro.
No logro sacar lazy eye en la guitarra, malditos silversun pickups.
No logro terminar el loco estero.
No logro odiar el pan de los krishna, están ahí todos namaste vendiéndolo fuera del metro.

A quién le importa, a quién chucha le importa...
Momento kodak, sonríe alma, sonríe.

Momento de locura espontánea, verborrea incontenida, me estoy quedando dormida.
¡Oh, rimé!

A quién mierda le importa que mi sangre se haga polvo...

¡Diga whiskyyyyyyyyy!

jueves, 11 de septiembre de 2008

onces y septiembres

11 de Septiembre.

Se puede escribir de muchas cosas en un día como éste...
Sobre la caída de dos gemelos, hermanos de fuego y hierro, ángeles caídos que se desmoronaron por culpa de una simbiosis netamente comercial...

Sobre un sueño utópico bajo bandera política que terminó marcado con sangre en cuatro blancas paredes, y una sien humeante que dejó escapar palabras llenas de ideología, palabras que hablaban sobre pueblos viviendo como hermanos, palabras sobre igualdad social, palabras que luchaban contra la bota tiránica del despotismo capitalista... pobre sien agujereada que dejo sangrar un hilo de ideas que ahora no son más que mero panfletismo. Pobre Allende, ya no eres más que un logo de camiseta y una chapita en el bolsón de un capucha fraudulento.
Las ideologías si no se viven, no pasan más allá de mero papel y tinta.

Se puede escribir sobre dos cueros anudados en mi muñeca, sobre las cinco veces que la luna nueva ya nos ha iluminado, sobre aquel hilo que nos une invisible... sobre la bendición de las líneas telefónicas... sobre lo que hace que abra cada día mis ojos y piense que morir no es horrible porque he vivido.
Será que cada once de septiembre todo renace, se renueva todo y es volver a comenzar aquel ciclo lleno de abrazos que absorven lágrimas y ahogados sollozos...

Será que mi madre estaba sintiendo que ya era hora, adelantada eso sí, para que abrieran sus carnes y saliera un pedacito de ella, una creación, un ser inteligentísimo y adorable. Mi hermana. Mi familia, mi pilar, mi corazón, mis brazos, mi cerebro, mi apoyo, mi bastón, mi consejo, todo lo que tengo como seguro. Pero no podía ella nacer el once, sino que nacería un gloriosísimo doce de septiembre de 1986, para con sus cachetes de angelito a lo cupido hiciera que una manga de abuelos se derritiesen con la miel de sus ojos y el cabello ondulado, aquella pequeña boca babeante que decía "pino" en vez de permiso y que al ver las letras no pudo más sino abalanzarse sobre ellas repitiendo "¡calco!".

Si, sobre septiembre y sus onces hay mucho que decir, mucho que recordar, mucho que lamentar, pero sobretodo, mucho que agradecer. El cambio renueva las mareas de la vida, y cada ola trae consigo restos del pasado para hacernos erguir el cuerpo y decir triunfantes, cual Augusto Pérez [Niebla]:

¡Venceremos!

martes, 9 de septiembre de 2008

Paranoia

Nunca pensé en volverme loca.

Bueno, no es como que sea el plan de alguien despertarsé y gritar "¡Wuhu! Me volví loca!" y luego seguir viviendo.

Aunque lo mío, más que pérdida de tornillos, clavos y tuercas, es paranoia.
Sip, de la güena...
Reviso bajo el colchón dos veces antes de acostarme, no cierro ninguna puerta por temor a que salgan de ahí escondidos y sin importar cuánto grite y patalee: no habrá escapatoria alguna; me he mordido todas las uñas y ahora sigo con los dedos, no quiero estar nunca sola, siempre pienso que me siguen, que revisan lo que escribo y que miran mis fotografías escupiéndole a la pantalla.
Es como un aura mística, cada lugar está manchado, han estado ahí, dejan su rastro, una huella que sólo yo puedo ver, un susurro al cuello, un vaho en el oído, y caminar en santiago ya se me ha vuelto como salir a las tres de la mañana al desierto en pelotas: un fiasco atemorizante.
Además, me he vuelto también detective. Unir piezas que no existen puede ser tanto interesante como desgastador y absolutamente inútil. Al menos así me ocupo, mato las horas pensando, mapeando, colocando marquitas en mi mapa mental, revisando página tras página en internet, releyendo antiguas líneas en mi antiguo cuaderno...
deshojando margaritas.

En fin...

La paranoia tiene un sólo aspecto pseudo positivo: soy el centro de mi mundo. Todo gira en torno a mí, ¿y cómo no hacerlo si vivo dentro mío?
Dios mio... me acabo de dar cuenta, que soy mi peor perseguidora, mi peor enemiga, mi aliada más asquerosa y repugnante.
¡Me vivo siguiendo!
Jamás me dejaré de perseguir... soy como esos perros que se muerden la cola :O mein got! ¿Qué hacer? ¿cómo escaparme de mí misma? ¿cómo acallar las voces que fluyen dentro?

¿Cómo suprimirnos?

Me estoy volviendo loca. La paranoia es mi patología, mi nueva novia.

Pienso que un día me despertaré gritando "¡Yei!...me volví loca" aunque el problema de fondo, es si estoy mejor insana o cuerda...

domingo, 7 de septiembre de 2008

Yo no se por qué mi Dios

¿De qué me sirve tener pantalones si no tengo los ovarios para llenarlos?

¿De qué me sirve esconder tanto la cabeza entre las piernas?

¿De qué me sirve seguir mordiendo mis dedos de impotencia?

¿De qué me sirve vivir escondida?

¿Por qué tengo que tener miedo?

¿Por qué tengo ser como el resto quiere que yo sea?

¿Hasta cuándo el código de barra permanecerá en mi cuello?

¿Cuándo podremos ser libres?

La esclavitud moderna es otra, las barras son invisibles pero no por eso dejan de aprisionarnos, ¿hasta cuándo tendré que cargar con mis grilletes?

¿Por qué no nos lo cuestionamos todo en cada segundo, en cada minuto?

¿Si antes la tierra era plana y ahora es redonda, por qué mañana no podrá ser triangular?

¿Si no hay verdad absoluta ni dogma certificado, por qué aún cientos mueren por ideales absurdos?

¿Por qué los hombres no pueden usar faldas? ¿Ni maquillarse?

¿Quién dijo que las niñas no podían hacer pipí de pie?

¿Por qué debemos hacer todo con un sólo orden, una sola lógica?

Yo no sé.
Pero de que me aburre, me aburre.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Delirium tremens

Saltemos todos juntos para ver si el mundo se da vuelta y podemos adelantar los días.
Las golondrinas hacen las primaveras.
Y pronto tendré una en mi.

Tengo unas ganas irrefrenables de correr y dar vueltas de carnero, no tengo nada que celebrar y sin embargo el ambiente me prohibe sentirme triste. Los cerezos de la calle brotaron todos de repente y ahora la calle se riega de pequeños pétalos rosa, tengo que leerme 800 paginas para 8 días más pero no me importa, tengo que juntar dinero y buscar trabajo, tengo que retocar mi corte porque se pone amorfo cuando crece y rogar para poder pagar mi tatuaje en cuotas y pedir prestado para ver a the hives y tengo que hacer aseo y tengo que...

Mirar las nubes.