sábado, 22 de noviembre de 2014

This is like a flashback.
This is like a dream.

Dejo esto aquí para motivarme a futuro:
Cuando esto termine, me curaré indecentemente.
Cuando esto termine, podré flojear sin culpa.
Cuando esto termine, me sacaré una deuda inexistente de los hombros.
Cuando esto termine, seré libre.
Cuando esto termine, podré descansar.
Cuando esto termine: tendré la agenda llena de cosas que quiera hacer, no que tenga que hacer.
Cuando esto termine: tendré un grado más y  mi papá me dejará tranquila.
Cuando esto termine: tendré un grado más, para morirme de hambre como una profesional realizada.
Cuando esto termine: tendré un diploma para la colección de individuales.
Cuando esto termine: carretearé con mis colegas.
Cuando esto termine: daré una vuelta de carnero.
Cuando esto termine: me pasearé en pelota con confianza por el camarín del gimnasio.
Cuando esto termine: me sentiré completamente diferente a pesar de que nada ha cambiado.
Cuando esto termine: raptaré al Claudio y lo llevaré a Fausto para ver en libertad su yegua interior
Cuando esto termine: liberaré mi yegua interior
Cuando esto termine: instauraré el término "yegua interior"
Cuando esto termine: dormiré hasta tarde
Cuando esto termine: buscaré otra beca, porque soy masoquista.

lunes, 12 de mayo de 2014

Entré aquí con todas las ganas de vomitar lo que siento. Pero resulta que tampoco lo tengo claro. Además, el mismo hecho de este acto de publicación se siente como una violación a esa misma confusión.

¿De qué me sirve colocar aquí, en este blog semiolvidado, las penas que encerramos?

¿De qué me sirve, si no se precisamente, qué palabras tengo que ocupar? Aquí no caben mis párpados hinchados, ni cómo me tiembla la pera, ni el dolor de guata que me da cada vez que te miro. Cabe decirlo, pero no está la conjunción de todos esos elementos aquí presente. Entonces, ¿de qué me sirve tipear aquí palabras que aun desconozco? ¿Sensaciones que tengo aun borrosas?

Solo siento -porque nada se a estas alturas- que todo se deshilvana. Con ese mismo pánico anterior, con esa misma fragilidad anterior, pero aun peor incluso, porque no somos nosotras las estamos hechas de vidrio, sino él.

jueves, 6 de febrero de 2014

Retomo el lápiz virtual después de meses de silencio.

Entremedio se abrió el mar y pasaron tantas cosas que no caben aquí, en esta página igualmente hipotética. Peleas, reconciliaciones, vueltas a pelear y vueltas a reconciliarnos. El back and forth de la vida.

No hay forma de amar sin quemarse en el proceso. Tú dices que yo no meto ni la punta de los pies, yo digo que estoy hasta el cuello, tú dices que sí y yo que no, tú arriba y yo abajo, muy abajo, nos veo cada vez más pequeñas. Más perdidas y más sabias a la vez.

La distancia y el tiempo, dicen, lo cura todo. ¿Sabrás perdonarme? ¿sabré disculparme? El juego del perdón se vuelve reiterativo, yo tiro la piedra y tú pones el vidrio, luego hago como que doy portazos y al final tú fumas y yo tirito.

Al menos antes era así. Ahora vuelvo a tener un pie en un ladrillo y el otro moviéndose en círculos, intentando encontrar el equilibrio.

No me interesa tener sentido. No me interesa ser coherente ni cuadrada. No quiero nada, nada más de lo que tengo, nada más de lo que he construido, nada más ni nada menos que a ti y a mi.

¿Se puede vivir tomada del meñique? Supongo que no, al menos no sin lesionarse en el proceso.
No siento pena por mi, esta canción no es lastimera, sino más bien un intento de lucidez, de calma en medio de la tormenta. Una isla que se ve rodeada de tiburones.

Siempre volvemos a la misma pregunta, a la odiosa y horrenda pregunta: ¿y ahora qué hacemos?
Despedirnos para reencontrarnos
Saludar al sol
Cerrar los ojos y contar hasta 365
Jugar a las escondidas
Aburrirnos
Volver a enamorarnos
Todas las anteriores y ninguna
Dar portazos
Fumar tú
Tiritar yo
Nadar en círculos

Poner la cola entre los dientes.