lunes, 22 de febrero de 2016

What a graceful swan of a lady

Mis ojeras tienen ojeras. Mis granos tienen espinillas.

Necesito vacaciones. Mi cuerpo no da más.

Man down! I repeat: man down!

domingo, 21 de febrero de 2016

Buena

Su respiración pesada a mi lado. Ese silbido característico de una nariz que batalla contra las cantidades de oxígeno que insuflan, cada dos segundos, unos pulmones aplastados por el peso de 100 kilos que desmiente cada vez que puede.

Ese pecho que se levanta y sobre el cual me quedé dormida en incontables ocasiones. Sí, es mi papá que está de visita. Desde que llegó hace un par de días, con esposa e hijos siempre, mi rutina se fue al carajo: comemos cochinadas, hablamos del futuro, interpretamos sueños y me hace asesoría académico-profesional cada vez que puede.

Hace muchos años fue mi superheroe favorito. El hombre de acero al que las balas podían penetrar. Una escultura de mármol fría por fuera y acogedora por dentro. Kung Fu Panda en sus shorts de rayas tipo Adidas al costado y voz calma, siempre calma ante todo.

Le confío mi vida porque él me la dio. Le confío mis sueños y mis temores porque se que está ahí para mí a pesar de todo, altos y bajos, viento y marea, frío y calor, pobreza y riqueza. No es mi amigo, pero tampoco es un extraño. A veces lo detesto y otras lo único que anhelo es su brazo pesado rodeando mis hombros, que de pronto se vuelven chiquitos cuando él los abraza.

"Lo importante es ser bueno". "Lo importante es darse cuenta de que los muros son en realidad puertas con picaporte, que tú sí puedes abrir". "Lo importante es meditar". "Lo importante es darse cuenta de que no tenemos control sobre nada". "Lo importante son tres cosas: Dios existe, ser bueno y tu papá siempre te ama".

Yo no se si soy buena. No me siento "buena" de esa "buenitud" que hace características a las personas "buenas". Intento nunca hacer daño pero fallo en el proceso, porque mientras más inseguridad siento más saco las púas.

Quiero hacerme bolita y que me despierten cuando la marea haya pasado, cuando la vida tenga nuevamente fundamentos y certezas, cuando el terremoto haya pasado y los bandidos estén en prisión y yo ya no sienta que tengo que ponerme máscaras.

Creo que de éstas últimas tengo tantas que ya no se cuál es mi verdadero rostro. Era una contigo, con él soy otra, con ella otra más... La que fui, la que soy, la que quiero ser. ¿Qué tienen todas en común además del tiempo verbal en pasado, presente y futuro?

El se fascina con mi amplitud de opciones. Dice que tengo que "puro darle" a todo: pega, relaciones a larga o a corta distancia, pero siempre siendo buena, buena, buena. Buena pal' hueveo será, me pregunto a veces. ¿Qué bondad queda en mí? ¿Qué cariño? El amor propio siempre lo tuve y a veces se trastoca en un egocentrismo recalcitrante del que he jurado deshacerme en más de una ocasión, sin éxito. ¿Cómo se hace para ser buena? ¿Buena con los demás y conmigo misma?

Su silbido de nariz me da sueño... se me cierran los párpados. Le pregunto si lo soñé o era cierto que me tocaba la guitarra cuando estaba enferma. Me dijo que muchas veces lo hizo, cuando estaba enferma o simplemente para hacerme dormir. Tocaba Luchín de Víctor Jara, cantaba mientras punteaba las cuerdas plásticas y metálicas con el mismo punteo con el que yo lo intento semisatisfactoriamente hoy.

Sus hijos, mis hermanos, ¿serán/seremos buenos también?

Meditar. Hacer ejercicio. Comer bien. Dormir bien. ¿Cuál es la receta que me encamine hacia la bondad? Al menos me parece un noble propósito, una mejor propuesta que "se un profesional completo con doctorado y postdoctorado"...

Se buena. No mejor. Simplemente buena.

A ver si logro averiguarlo.

sábado, 6 de febrero de 2016

But if you win you win my heart

Hey Romeo, put on you running shoes I'm ready to go...

Laura es una chica arriesgada, por decirlo menos.

Tiene pasaje comprado a Alemania y ya está aceptada en MSU, con teacher's assistantship y todo el hueveo.

No mentiré. Hubo pánico. Desesperación, lágrimas inclusive.

¿Y qué pasó?

Pasó que la Laura de este año se dejará llevar por la corriente. No controlo nada: destino, pasajes, suerte, emociones, amistades, familia. Todo, cada partícula de este año no deja de sorprenderme. Desde la franqueza emocional de Nucki, quien como un niño pequeño confiesa su amor se ha ganado el mío, hasta la honestidad (suena Reina Japonesa, de Fernando Milagros, la canto con audífonos, me siento tentada a grabar un video cantándola) de una profesora peruana que se desvive al parecer por obtener todas las becas para que yo estudie en USA.

¿Qué? ¿Qué es esta suerte y miseria que abarca cada poro de mi piel al unísono?

Déjate llevar, hija mía... nada controlas, nada ganas, nada pierdes. Vive, siente, ama, respire, corre, viaja, conoce, recorre. No busques sentido donde no lo hay, no busques lógica donde no la hay.

Ama. Ama mucho. Amala a ella, ámame a mi, déjame ir, suéltame pero no me sueltes.

El vaivén de la vida es real. La rueda de la fortuna ha comenzado a girar, aunque más bien la del destino. Hoy estoy arriba, mañana abajo. Corre, gánate mi corazón, destrózalo luego. Lo acepto todo, lo abrazo todo, lo entiendo todo y nada a la vez. Llámame por Skype, llámame por Facebook, háblame por Whatsapp... Llámame cuando tu suave mano agarre mi espalda en el aeropuerto.

Tengo ganas de gritar. Tengo ganas de vivir. De vivir hasta el concho, porque mañana puedo despertar de esta carrera sudorosa que son los sueños y no quiero sentir que al menos no competí. Como le dije a la negra

como perder es una posibilidad no me da miedo perderlo todo... me da miedo no intentarlo.

Put on your running shoes. I am ready to go.