lunes, 26 de octubre de 2015

Pesadilla

Estaba en unos cerros. Era de noche y asumo que era Valparaíso. Hombres con malas intenciones salían desde las oscuras esquinas y yo corría cerro abajo dando saltos y, como buen sueño, avanzaba demasiado lento. Los músculos estaban paralizados y yo podía escuchar tus gritos tan reales como si estuviese vibrándome el tímpano. No iba a llegar a tu lado nunca. No podía salvarte pero sí podía sentir tu miedo. Bueno, como era mi sueño en realidad era mi miedo, pura proyección...

Ahora no puedo protegerte. Ni siquiera puedo intentarlo.

Me desperté gritando "no, no, no!". Tiré las tapas para atrás y escuché ruidos en el edificio. No se dónde estoy. Me levanté, fui al clóset, saqué el spray de pimienta del bolsillo y lo dejé al lado del velador. Si vienen los fantasmas podré rociarlos con todo y salir corriendo en pijama por Dublé Almeyda. Nunca más veré CSI antes de dormir, mucho menos comeré arroz con huevo de cena xD

Fue solo una pesadilla, un mal sueño, lo se. Me alegro de que estés bien y recuperando fuerzas, yo estoy en las mismas. Una de las cosas que siempre he admirado/envidiado de ti es tu fortaleza, así que ahora te la copio y voy pavimentando de a poquito mi camino, aunque no sea fácil hacerlo sin mi mejor amiga al lado.

Pero tengo la sensación de que, si seguimos sanando así de bien, no pasará mucho tiempo antes de que comamos arrollados de dudosa calidad en el Santa Lucía y tomemos cerveza con hielo mirando puestas de sol.

Se que no necesitas que nadie te cuide y que es mejor mantener las distancias, pero, en caso de emergencia, se que podemos romper el vidrio y llamarnos la una a la otra. Aquí estoy, Cerebro. Aquí estoy.

*Chicle de clorofila, a million dollar idea.*


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