sábado, 14 de febrero de 2009

Remember me, special needs.

Si las paredes pudiesen hablar.
Las de esta habitación nunca estarían calladas.

En esta habitación tú estabas sentada a los pies de mi cama, mientras yo te regalaba un cuento para tu cumpleaños.
En esta habitación cantábamos Placebo en voz baja, mientras las miradas taladraban pensamientos ocultos, y me mordía los labios pensando en lo que se veía remoto e imposible, y semanas más tarde se consumaba cerca de un árbol viejo y un neumático que colgaba de él.
En esta habitación me hice la dormida sobre tus piernas, mientras tú me hacías cariño en la cabeza... en esta habitación tus labios estuvieron a unos milímetros de los míos, y fui yo la que dio las excusas tras el "no".

En esta habitación un ventilador giraba, mientras entre mis piernas el espacio vacío lo ocupaba un cuerpo dos veces mi tamaño, durante un día que pareció eterno y de fantasía.
En esta habitación lloré, en esta habitación me oculté, en esta habitación me miré al espejo durante fracciones de segundo u horas enteras, en esta habitación escribí con la luz apagada diciéndole a mi viejo que no me quebrase la atmósfera creativa, en esta habitación estuve enferma y delirante, en esta habitación están cautivos miscelaneos recuerdos, los gritos de mi viejo, los portazos, las peleas, los tatuajes, las caricias, los suspiros, el crujir en el vaivén de la cama, el cobertor, mis sábanas, las pesadillas, los olores.

En esta habitación está el recuerdo, tras cada ladrillo y el eterno mapa pegado a su costado, tras el visillo que aún guarda marcas de los cigarrillos fumados en silencio, de mis piernas marcadas en el marco de la ventana desde donde me colgaba a mirar la luna.

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