martes, 17 de febrero de 2009

Devolver al remitente

¿Qué tan difícil es construirse [a sí mismo]?

¿Con cuánta frecuencia buscamos maderos sueltos por la calle pensando que sirven para construirnos el hogar?

La Mari tiene razón, los amigos son la familia disfuncional que uno elige, la familia disfuncional viene "de yapa". Vaya regalo.

Y al fin de este cabo, ¿qué nos une?
¿Qué hay sino recuerdos amontonados bajo una pila de polvo, telarañas y tierra? Las fotos desteñidas y marcadas por los cientos de huellas digitales son la prueba viviente de que yo tuve familia una vez. De que yo tuve madre y padre, de que yo tuve hermanos y vivimos todos juntos bajo un mismo techo.

Pero las mentes colapsan, se quiebra la paz apenas por un resoplido y Troya vuelve a arder con un solo chasquido de mis dedos. No es suficiente. No hay Gotita que arregle este desastre.
¡Arriba las maletas!
Mamá se va, Rocío se va, Marcela se va, Benja se va... todos se van y nos dejan enterrados en este cerro de arena con pinta citadina, como si las palmeras y sus idiotas gaviotas pululando alrededor tuviesen que ser de ahora en adelante mis mejores amigos.

Calma, que ya pasó... fue hace dos años ya... que corté el milímetro de cordón umbilical que me ataba a este lugar.
¿Dónde está mi familia? ¿Qué nos une? No lo se.
¿Dónde está mi hogar? ¿Cuándo dejaré de sentirme incómoda? ¿Serán mis genes nómades los que le siguen diciendo a mi cuerpo que este no es el lugar?
Si no es aquí, si no es allá, ¿dónde?
Si no es aquí, si no es ahora, ¿cuándo?

The home is where the heart is... pero no se en cual de todos los lugares dejé mi corazón.

No hay comentarios: