sábado, 7 de febrero de 2009

Cien y uno

[La entrada anterior fue la número 100 en mi blog, y yo ni me enteré, felicitaciones a mis dedos!]

Sentir asusta, sentir es meter la lupa en los aspectos recónditos.
Aunque si sientes y no lo comentas con nadie, no parece algo tenebroso, sino más bien rutinario.

Cuando lo compartes es cuando asusta. Las emociones son una maraña indescifrable, una bola de nieve que se acrecienta con el paso de las estaciones y varía porque sí y porque no, porque blanco y porque negro, por los períodos lunares, solares o menstruales, por las cercanías... o por las distancias.

Las emociones, sin embargo, son necesarias.
No espero, ni esperaré nunca que en el momento preciso de tu núcleo emotivo difuso seas capaz de verbalizar con exactitud tus emociones, porque eso es algo que yo misma no puedo hacer, aunque escribirlas es cuento aparte.
Sentir es legítimo. No significa que las causas sean siempre correctas, pero el sentimiento existe... deja de intentar suprimirlo. Hacerlo es tan fútil como golpear a esos topos que salen de sus agujeros con un maso plástico en los juegos. Te desgastas más impidiendo mostrar lo que sientes que en arreglar el malestar emocional.

Entiendo que sientas. Quiero que sientas. No que seas un robot frígido que siempre conteste "bien", a la pregunta "cómo estas?". La vida no es así, la realidad es siempre otra. En el juego de las escondidas vas a perder por terminar ocultando la mugre bajo la alfombra.

Si bien puedo ser insistente, también entiendo que necesites tiempo para pensar. Pero es preferible que digas "Más rato" a "no filo, no filo, hablemos del clima". Evadir es distinto a postergar.

Yo no te soporto, jamás he sentido que he tenido que "soportarte", porque para mi es natural preocuparme por ti y por lo que sea que sientas. Es lógico, la única opción existente razonable en mi, lo que por naturaleza me nace hacer, es amarte. Con o sin problemas, con o sin torrente emotivo, con o sin ataques de ansiedad, con o sin extrañamientos masivos, con o sin peste, con o sin familia, con o sin distancias. Yo estoy contigo porque quiero, estoy contigo porque es lo que se que tengo que hacer, porque es lo correcto, porque se siente bien. Yo no soporto ninguna penuria atada a cruz plástica tipo martir en tecnicolor.
Recuérdalo... sin miedo de sentir. Las emociones no son la peor parte del ser humano, si no las tuvieras... no podrías decir esto: te amo.

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