sábado, 7 de agosto de 2010

M de Mónica

Lo más lindo que he conocido en mi vida es el cariño, el amor y la amistad.
Todo se mezcla y borra sus límites. Todo es un enredo sin pies ni cabeza. Y me gusta que sea así: despelotado.
Porque aprendí que los sentimientos no se pueden ni deben ser racionalizados siempre, aunque hay momentos en que ayuda aterrizarlos.
Por eso me atreví a llamarte, a pedirte que me quieras. Porque tú eres mi vacío principal, que he buscado llenar desde que tengo nueve años.
Esto es una de las cosas que más me cuesta escribir, porque recién hoy las estoy entendiendo y soy capaz de ir poco a poco explicando qué pasa en nuestras cabezas y qué pasó en nuestros corazones.
Necesito volver a sentirte conmigo. Sentir que realmente nunca te fuiste. Aprender que las distancias no son nada cuando el hilo está vigente. Que no te has desplazado hasta ese punto donde ya no creo que puedas volver.
Que sigues siendo mi mamá.
Te pedí que me quisieras, que quisieras ser mi madre, porque ese lugar es tuyo y sólo tuyo... y por más que intente tapar los huecos con corchos mi barco se seguía hundiendo en altamar.

Me alegra que hayamos podido hablar, poder escuchar y saber lo que te pasa. Poder decirte que te necesito, que no soy grande y que te he extrañado mucho...
Y nada. A fin de cuentas, es todo cosa de cambios y rearticularse. De aprender.
Te quiero mucho Ma.
Mucho.

2 comentarios:

Golondrina dijo...

M de mamá.






M de Movistar.

Claudio dijo...

M de Mi amor.

Ya te dije que me alegra mucho todo eso :) y lo repito, me alegra mucho...

Besos.