martes, 10 de noviembre de 2015

Excepción [no es para ti]

Nunca en mi vida me había sentido tan a la merced de las hormonas.

Sí, es ese momento del mes, pero va más allá. Es que soy una cebolla que ya peló todas sus capas y dejó el centro podrido al desnudo.

Perdida pedaleando por Ñuñoa.

Perdida bailando en Soda.

Perdida caminando en Bellavista.

Perdida trabajando en Vitacura.

Perdida descargando Skype para la entrevista que, ojalá, me apunte al Norte mañana.

Perdida regalándole cariño a una piedra. A una puta piedra.


No hay comentarios: