sábado, 30 de agosto de 2008

time passing by

Tiempo.
Es inevitable su paso, su infinitud, la cantidad de veces que he visto el sol ponerse y ver como las sombras le dan al cerro un aspecto místico.

Una vez me contaste que cuando pequeña pensabas que Concepción quedaba más allá, donde estaba el montón de luces que son parte del resto del orbe. Fue la misma tarde en que le conté a tu espalda porque te amaba...creo. Ya se sabe lo disfuncional de mi memoria.

Ya perdí la cuenta de los cigarrillos que he consumido, de las lágrimas que han resbalado por mis mejillas, de las veces que he desgastado las teclas y manchado las páginas buscando el contexto adecuado, las palabras precisas, para no dejar en exposición lo evidente: que no estoy bien... pero que lo acepto, que puedo vivir no estando bien y que no por eso es menor vida.
Dejé de creer en la vida feliz hace ya muchos años, aprendí que la felicidad es un montón de momentos, de segundos, que se unen como cuentas de un collar y que sirven de soporte cuando estás como yo, consumiendo tu vida frente a una pantalla, internándome en la realidad paralela porque la existente resulta exhasperante.

Seamos honestos. El tiempo me ha borrado la memoria, son unos meses y se sienten como siglos. No me gustaría ser inmortal, vivir varias vidas es repetir los errores y caer una y otra vez levantandose y sacudiendose el polvo de las rodillas. ¿Para qué?
¿No se tiene una mejor vista del cielo desde el suelo? Hoy tenía mucho que hacer pero me dediqué a mirar cómo pasaban las nubes desde la ventana de la habitación de mi hermana, eran unas nubes que se asimilaban a un campo de arado, delimitadas una de la otra en zurcos azules, y se iban expandiendo, moviéndose rápidamente con el viento tibio que corría hoy, y mientras lo miraba tocaba una misma nota en la guitarra, luego le agregué tres mas y formé una pequeña y aburrida melodía.

No. No estoy bien, quiero modificarme a mi misma en el tiempo, metamorfosearme en él, olvidar algunas cosas e insertar ya otras. La paciencia va de la mano, pero también la honestidad. Soy brutalmente honesta, me cuesta controlarme, luchan distintas voces dentro mío, me da rabia y pena y vuelvo todas las noches a acostarme con la misma piedra en el zapato y luego logro ignorarlo y apartarlo hasta más tarde...
Giro en función del tiempo. Sin él no soy nada.
Giro en función de mi misma girando en función del tiempo... debo dejar de pensar tanto.

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