miércoles, 26 de octubre de 2011

[Sin]vergüenza

Hay proyectos estéticos incomprendidos, como esos del prescolar.
Se supone que las flores estaban enfermas y durmiendo, así que el médico venía y hacía el amague de pincharnos con sendas agujas de cartón. Luego de eso, las flores revivían y hacíamos alguna danza practicada cien veces en el patio al ritmo del pandero. Pero qué más se le puede pedir a la coordinación de una niña de cinco años.
Podemos ahorrarnos el horror de hacer el análisis simbólico de que alguien "te pinche la flor". Lo único que yo se, es que esa fue la primera y última vez que arrendé un disfraz, y que las panties siempre pican mucho.
¡Es todo lo que se!

Pd: Pascal, agradece que no tengo Facebook...


1 comentario:

Minerva dijo...

La flor más bonita de cualquier jardin :3
y lo mejor es que tus pétalos cambian con cada temporada
:* love to watch you bloom!