Por todas las veces que se rieron de mi risa, que se burlaron del largo de mis piernas o de mi forma de caminar.
Por todas las veces que me dijeron que no podía, que me trataron de tonta, de pava, de nerd, de polla, de "pasá por agua tibia".
Por todas las veces que tragué mierda que no me correspondía. Que cargué con cruces ajenas, que recibí reproches innecesarios.
Por todas esas putas veces en que las llamé llorando, pidiendo perdón por cosas por las cuales no tenía que disculparme.
Por todas esas otras veces en las que me avergoncé de mi misma, cuando literalmente me convertí en una arrastrada.
Por todas esas ocasiones en que el piso fue el mejor amigo de mi autoestima.
Por todas esas veces en que cambié de forma, de figura, siempre para todos los demás.
Por todas esas veces en que me abstuve de cortarme el pelo y tatuarme la piel.
Esas veces en que no quería hablar en español y tenía que hacerlo.
Por todas esas veces en que tenía que dejar de beber y dejar de fumar, dejar de dejar de dejar...
Todas esas veces que intenté corregir mi alma, literalmente, dejarme en blanco y construirme de modo tal que el resto fuese feliz con como yo era.
Cuando me senté en el asiento trasero.
Por todas esas veces...
Por todas esas putas veces que ahora me forman un nudo en la garganta... ya no puedo guardármelas.
Ya no quiero hacerlo...
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