Mujer no tengas miedo de lo demás, ni de lo mismo, ni de lo otro. Mis ojos, mi lengua, mis oídos, mi nariz, mi piel, mi boca, mi cuerpo para (el,la) otro(a), no es que lo desee para taparme un agujero, ni para paliar algún defecto mío, ni porque viva predestinadamente acosada por los "femeninos" celos, ni porque sea arrastrada hacia la cadena de sustituciones que reduce los sustitutos al último objeto.
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