Debo repetírmelo hasta grabármelo en el inconsciente, es mi mantra, es mi himno, mi canción...
"no me da miedo, no me da miedo, no me da miedo, no me da miedo..."
Soy cobarde, porque soy precavida, soy precavida porque he sufrido unos buenos golpes y los golpes se pueden explicar por mala suerte o vía kármica cósmica.
Aunque debo decir [en estricto rigooor] que esto no tiene tanto miedo en sus consonantes, sino más bien cautela, porque si soy el único ser que se tropieza - aún después de ser advertida - con un peldaño de cinco centímetros, es probable que el porrazo de metro y medio se venga ahora; bueno y debo decir entonces que esta vez es como para aclararme el seso, porque igual cuando casi te caes sobre mi, y podía ver tu aro en la nariz brillando a medio centímetro de mi nariz, y a pesar de que lo que más me preocupase era no estornudar y llenar de mocos el medioambiente hamsteriano, igual me pasó por la cabeza la idea fugaz del enganche desgraciado que evito como pez al anzuelo.
Nunca he querido morder, pero ahí estaba, todo enano y lindo y adorable, todo abrazos que aprietan costillas, toda cosquillas, todo ipod, todo risas huecas y nervios, toda imbécil yo con quinientos por minuto, toda bombeando sangre, toda aún preocupada por no llenar todo de gérmenes, excepto algunas areas de un cuerpo que no es el mío jeje... y bueno, no quiero morder porque no no más, porque yo siempre procuro andar despacito por las piedras, porque tengo la pésima costumbre de no vivir la vida, sino de pesarla medirla y planificarla, de pavimentar por adelantado, pero te juro que esta vez no me salgo de la jaula y no proyecto y no respiro y no estornudo, sino que en el rincón de mi jaula, sacando de vez en cuando el teléfono y el notebook para saber de tí y de cuando te vuelvo a ver, me repito bajito bien bajito, mi mantra mi oración mi rezo
"no me da miedo, no me da miedo, no me da miedo..."
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