Luego pasé a otro.
Luego pasé a este.
Un día el Andrés y yo hablábamos por msn. Le contaba mi idea de hacerme un tatuaje. En las muñecas. Me gustan mis muñecas porque las tengo pequeñas, y no importa cuán gordo esté mi cuerpo, siempre serán pequeñas y me recordarán lo delgados que son los huesos (como cuando la Rocío trajo ese esqueleto a los pies de mi cama).
El otro día escribí que estaba más perdida que Antoine de Saint Exupéry. Su avión se perdió y jamás se volvió a saber de él.
La primera vez que leí el Principito era muy pequeña. No lo entendí pero me gustaron los dibujos.
Todos dicen que es un cliché. Yo digo que sí, pero uno mal entendido.
Y le dije al Andrés, "oye, quiero tatuarme l'essentiel est invisible pour les yeux" en las muñecas.
Y Andrés me dijo "No. Mejor tatúate l'essentiel est invisible pour tes yeux".
Y yo me pregunto, si algún día alguien entenderá esta letra enmarañada que soy, y querrá llevársela consigo adonde sea, sin importar lo que pase. Me pregunto si tus ojos algún día aprenderán a leerme. Porque son los suyos los que me miran sin ver.
Y yo no se cómo escribirme con negrita.
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